¡Tatiana! Ese grito desde el alma resonó en mí aquella madrugada. Era Ivan que me llamaba.
Me despertó aquel llamado desesperado. Me levanté de inmediato con la necesidad de visitar a mi tía. Me bañé y vestí. Busqué algo de dinero y antes de las siete de la mañana ya estaba saliendo de casa. Con el dinero compré pollo y pan.
La sorpresa de mi tía fue grande cuando me vió tan temprano en su casa, me preguntó qué había pasado y mi respuesta fue preguntar por Ivan. Él acababa de salir para la universidad.
Entonces le conté lo que me había pasado. Su sorpresa fue mayor y lo que sigue es lo que ella me relató: Ivan también nos despertó gritando tu nombre a las cinco de la mañana. Es que había soñado que le disparaban al estómago y en la pesadilla, te llamó.
Somos uno, somos energía y estamos interconectados.
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